¿Qué
somos los cristianos? ¿Cómo somos? ¿Cómo deberíamos ser?... Si algo deja de ser
lo que es o, peor aún, nunca lo ha sido,
no tiene sentido como tal cosa sino que será otra. Si algo no sirve para su
función podemos ponerlo de adorno o quizás utilizarlo para otra cosa pero no
para aquello para lo que ha sido creado. De la misma manera si los cristianos
no somos, o al menos no nos esforzamos, aquello que estamos llamados a ser como
discípulos de Cristo, no podemos
llamarnos tales.
La
sal es sal y sirve para salar, y la luz ha de alumbrar el camino de aquella
persona que la necesita pero si la luz se vuelve oscuridad ya no es luz.
No
es tanto qué se espera, qué espera la humanidad (que muchas veces nos
responsabiliza, como chivos expiatorios, de cosas que no son sólo de nuestra
incumbencia) de nosotros sino si realmente estamos siendo sal y luz para la
humanidad, si estamos siendo el reflejo de la verdadera Luz. En este sentido
estamos alertados a no escandalizar a los más humildes (Lc 17, 1-6) con
nuestras obras sino que ellas sirvan para ofrecer esperanza a la humanidad que
la tiene perdida por cientos de razones, a aquellos que no encuentran el
sentido de la vida y la persona. Nos tocan tiempos en los que hemos de ser “saleros”
cargados de esperanza, de comprensión,
de tolerancia, humanidad y caridad
desmedida. Y nuestra sal no ha de apelmazarse en nuestro interior, como los
saleros que no dejan salir la sal que contienen porque han estado mucho tiempo
sin utilizarse y la guardan sólo para sí. Nuestra sal ha de ser compartida, ha
de ser repartida porque solo tiene set ntido en cuanto que está fuera de nosotros.
Sal
y Luz son necesarias en nuestro mundo. Nosotros, los cristianos, pese a que
muchos lo niegan, somos igualmente necesarios en este mundo. Con nuestras obras
la gente ha de platearse la existencia de Dios y no negarlo. Tales obras han de
ser de una generosidad y novedad que el ser humano rompa sus esquemas y se abra
al transcendente, al Dios, que llevan dentro y no lo saben; sólo así podrán convertirse
también en saleros para el resto de la humanidad.
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